miércoles, 21 de octubre de 2009

ALIANZA LIMA VS jose gALvez

Alguien dijo alguna vez, que el Señor de los Milagros, no ayuda a los que no la buscan, por más que le enciendas mil velitas misioneras, le reces veinte padrenuestros, quince avemarías y le cantes, cincuenta salmos. O que te vistas de morado en octubre. Porque si creemos que las camisetas de este mes nos van a dar el triunfo, únicamente por devoción, estamos equivocados.
Porque no sólo basta el creer, el tener fe de lograr los objetivos, implica también el esfuerzo por ir en busca desde el pitazo inicial, hasta el final. Por eso ayer no perdimos, pero pudimos ganar.
Lo que se vio en el primer tiempo fueron las ganas, pero no la calma, para ir pensando cómo romper la muralla que lo chimbotanos vinieron a construir en su retaguardia. El toque a toque no bastaba, más aún que Montaño, parecía continuar con la cabeza en alguna comisaría. Y sin ideas, no se podía entrar entre la defensa del Gálvez. ¿La solución? El tiro de media distancia, pero en su mayoría a las nubes o a las tribunas. De esa forma llegó una mano clarísima que el árbitro no sentenció.
Pero una jugada de Montaño, por la izquierda, exigió a Portilla para el barrido y el foul en las piernas del colombiano. Esta vez sí llego el penal, que Aparicio desperdicio cuando la mandó fuerte y arriba, tan arriba que el balón rebotó en el travesaño de los lamentos. No hubo gol, no hubo tranquilidad y el primer tiempo se fue con los bostezos de la hinchada.
El segundo tiempo tuvo más emociones, pero el libreto del pelotazo desde afuera no habría de cambiar. Aunque la entrada de Alexander Sánchez, le dieron mayor dinámica a los avances, se insistió en el probar y probar, pero igual nada de nada con las redes.
Hasta que llegó el error que faltaba. En una jugada sin trascendencia, Eduardo Uribe la devuelve de cabeza, pero muy débil, a Fortsyth. Johan Sótil, aprovecha esto, toma la bola, y la sombrea esquinándola suave, para sufrimiento de los que vestían de morado.
¿Entonces qué quedaba? ¿Rezar, arrodillarze, prender velas? No, quedaba gritar más fuerte, ponerle huevos e ir al frente. Fernández que había entrado por Aguirre, va y comienza a luchar cada balón, creando mayor peligro. Entra González Vigil, y el equipo apuesta por el todo o nada. Con Aurich que había empatado, no podíamos perder si queríamos seguir en la punta. Si no nos alejamos, no podemos dejar que se nos acerquen.
Y fue Fleitas quien de puro coraje metió esa cabeza que más pareció un cañonazo. Un centro de Vílchez que sobrepasa el área de lado a lado y Fleitas que la empuja con convicción. El gol nos quitó esa angustia de que nos alcancen en la punta, pero no nos dibujó la sonrisa de la distancia con los demás.
Por eso, si en este mes morado pensamos que la fe alcanza para llegar al objetivo, estamos en desventaja. Fe y corazón desde el minuto inicial hasta el final, como ayer que no bajamos los brazos para lograr el empate. Pero si podemos levantar los brazos un poquito más para ganar, entonces iremos con la convicción de al final el campeonato se vendrá a La Victoria.
¡¡¡ARRIBA ALIANZA LIMA TODA LA VIDA!!!


GeNtE-AL-GrOnE









jueves, 1 de octubre de 2009

SEÑOR DE LOS MILAGROS Y ALIANZA LIMA


Cuenta la historia que, a mediados del siglo XVII, un negro angola pintó sobre una humilde pared de adobe la imagen de Cristo crucificado. En Lima vivían entonces algunas centenas de negros esclavos traídos del África Occidental. Uno de ellos, embargado por un profundo sentimiento de fe y devoción, inició una tradición que se fortaleció con el paso de los años: la adoración al Cristo de Pachacamilla. Era en ese lugar, Pachacamilla -hoy asiento del Monasterio de las Nazarenas-, donde vivían los negros angolas agrupados en cofradías. El terremoto que azotó Lima en noviembre de 1655 obligó a abandonar sus viviendas, destruidas por el terrible sismo. Milagrosamente sólo quedó en pie, intacta, la imagen del Cristo en la cruz EI hecho no pasó desapercibido, pero fue prontamente olvidado. Las extenuantes jornadas de trabajo a las que eran sometidos los negros angolas se reiniciaron apenas fueron reubicados en otro lugar, quedando abandonada la solitaria imagen en medio de la destrucción del lugar.Algunos años después, en 1670, Antonio León, hombre sencillo y enfermo, descubrió la imagen. Improvisó una ermita alrededor de ella y Ie imploró que acabara con sus tormentos. EI Cristo de Pachacamilla obró un nuevo milagro: León recuperó la salud -antes había sido desahuciado por los médicos debido a un tumor cerebral-. En poco tiempo el culto creció, sobre todo entre los vecinos humildes de la zona, que llevaban modestas flores, tocaban la sagrada imagen para recibir su bendición y elevaban oraciones al Señor. Tres siglos después, los jugadores de Alianza repiten el rito antes de cada partido, antes de cada entrenamiento. ALIANZA, BLANCO Y MORADO La devoción por el Señor de los milagros -ahora extendida a nivel internacional – ha sido uno de los signos distintivos de la comunidad negra en el Perú. Una numerosa hermandad morena cuida su imagen y mantiene viva la tradición que hace de octubre el mes morado, color tradicional del culto desde que una de sus principales devotas, Sor Antonia del Espíritu Santo, vistiera túnica morada en 1677. EI Cristo de Pachacamilla está presente en las manifestaciones culturales afro peruanas, en su música, en sus fiestas, y por supuesto, en Alianza Lima. La historia oral nos dice que fue el Chino Pepe Carrión, utilero del equipo, quien llevó la imagen del Cristo moreno al club. Él habría sido quien inició a los jugadores íntimos en la práctica de rezarle al Señor de los Milagros antes de los partidos, ingresar con las imágenes a los vestuarios, tocarlas y besarlas con devoción, prenderles velas, acompañar la procesión, vestir los colores morado y blanco durante los meses de octubre. El Chino Pepe cuenta la historia: "En los años cincuenta Alianza Lima tenía contrato con una firma que Ie fabricaba los uniformes, pero el club siempre Ie debía dinero. Se acercaba un partido ante el Deportivo Municipal y no había plata para las camisetas, entonces yo, como paraba en el Monasterio de las Nazarenas -porque desde niño he sido acólito, luego misturero y después patrón de andas del Señor de los Milagros-, tenía unas telas moradas de los hábitos. Llevé esas telas para que hicieran las camisetas; total, eI morado se parece al azul, entonces agarre y Ie puse chompa morada, pantalones blancos y medias moradas al equipo". Para sorpresa general, Alianza Lima se presentó con camisetas moradas al partido, jugado el 25 de setiembre de 1955. EI dirigente Alfonso de Souza Ferreira entendió que cambiar los calores blanquiazules era profanar la historia aliancista y desde la tribuna Ie gritó al Chino Pepe que se considerara despedido. Pero ya no había vuelta que darle, los íntimos jugaron de morado y le ganaron 1-0 al difícil rival. "Entonces Don Alfonso se calmó, comprendió los apuros que había tenido para vestir al equipo y me dijo que para la próxima vez le sacara la raya azul a las camisetas habituales y le pusiera la morada. EI trabajo me lo hizo un japonés en la Parada", recordó el Chino Pepe. EI siguiente domingo, 2 de octubre, Alianza Lima se presentó con camisetas blanquimoradas ante Ciclista Lima y empató 3-3 en otro reñido partido. La idea gustó, el equipo campeonó en esa temporada, y desde entonces los blanquiazules son blanquimorados durante los meses de octubre.