El pitazo final de Georges Buckley lo encontró aún eufórico. “Estamos con vida, estamos en el corazón del hincha”, fue la escueta frase que se escuchó del cabezón Fleitas al final del partido cuando salía sudoroso del campo de juego.
Y es que la derrota parecía consumada. Iban tres minutos –de los cuatro de descuento–, cuando Montaño, con esa zurda prodigiosa, centró y cruzó un balón para que antes que caiga en el off-side –los celestes cuestionan su posición válida– decretara el 1-1 angustiante.
El zaguero grone lo gritó junto a sus compañeros con el Comando y Los de Oriente. Ya luego del duchazo lo compartió con su papá y su familia –vía comunicación a Buenos Aires–.
“Era su revancha, estaba dolido por esa injusta suspensión y ahora se desfogó. Vale la pena que lo celebre”, decía el entrenador Gustavo Costas al referirse sobre la acción específica del gol.
Soltó su bronca
La explosión de Fleitas tuvo un motivo adicional a lo que siente un jugador cuando anota un gol. Y se remonta a aquella acción –hace tres meses– en Ayacucho, cuando lo culparon de una agresión a un árbitro y le aplicaron sin contemplaciones un castigo malévolo, sanción que hasta hizo peligrar su permanencia en el club aliancista.
Reapareció la semana pasada en Iquitos. Cumplió una buena actuación y ayer se coronó con un gol que a la postre puede definir el campeonato. Además, sobresalió en su función de lateral derecho, conteniendo los avances y las arremetidas de los delanteros rimenses.
Y es que la derrota parecía consumada. Iban tres minutos –de los cuatro de descuento–, cuando Montaño, con esa zurda prodigiosa, centró y cruzó un balón para que antes que caiga en el off-side –los celestes cuestionan su posición válida– decretara el 1-1 angustiante.
El zaguero grone lo gritó junto a sus compañeros con el Comando y Los de Oriente. Ya luego del duchazo lo compartió con su papá y su familia –vía comunicación a Buenos Aires–.
“Era su revancha, estaba dolido por esa injusta suspensión y ahora se desfogó. Vale la pena que lo celebre”, decía el entrenador Gustavo Costas al referirse sobre la acción específica del gol.
Soltó su bronca
La explosión de Fleitas tuvo un motivo adicional a lo que siente un jugador cuando anota un gol. Y se remonta a aquella acción –hace tres meses– en Ayacucho, cuando lo culparon de una agresión a un árbitro y le aplicaron sin contemplaciones un castigo malévolo, sanción que hasta hizo peligrar su permanencia en el club aliancista.
Reapareció la semana pasada en Iquitos. Cumplió una buena actuación y ayer se coronó con un gol que a la postre puede definir el campeonato. Además, sobresalió en su función de lateral derecho, conteniendo los avances y las arremetidas de los delanteros rimenses.
Y AHORA QVE DIRAS.....¿? EL ARBITRO TUVO LA CVLPA?
ANDA A LLORAR A OTRO LADO HIJO MIO.....
GeNtE -AL- GrOnE
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